Son nuestros hábitos y nuestro régimen alimenticio la clave para mejorar la apariencia de nuestra melena.
Una buena alimentación siempre se verá reflejada en la salud de nuestro cuerpo y, sobre todo, en nuestra belleza, en especial en la manera en la que luce nuestra melena. Por ello, en caso de que nuestro cabello esté quebradizo, podría deberse a la falta de vitaminas que hacen falta en nuestra dieta.
A pesar de que existen varios productos y tratamientos capilares de buena calidad, son nuestros hábitos y nuestro régimen alimenticio la clave para mejorar la apariencia de nuestra melena.
Afortunadamente no es complicado poder incluir los nutrientes que nuestro cabello necesita para mantenerse saludable y grueso, pues los podemos encontrar en nuestros alimentos favoritos.
Vitamina E
La vitamina E es la solución para combatir el cabello quebradizo y la pérdida capilar, pues posee los componentes esenciales y propiedades antioxidantes. Puedes encontrarla de manera natural en aceites vegetales, frutos secos, espinacas, aguacate, brócoli y espárragos.
Vitamina K
Esta vitamina se ha popularizado gracias a su capacidad de promover la correcta circulación sanguínea en el cuero cabelludo, lo que lleva a combatir el cabello quebradizo. Está presente en vegetales como el brócoli, espinaca, lechuga y perejil, y en carnes de res y pescado.
Vitamina C
Este poderoso antioxidante es excelente para combatir el cabello quebradizo, pues estimula la producción de colágeno, un componente que brinda resistencia y flexibilidad a las fibras capilares. Además, actúa en contra de los radicales libres y evita que el pelo se torne débil, delgado opaco y pierda pigmentación. Disfruta de la vitamina C que se encuentra en frutos rojos, cítricos, zanahoria, rábanos y vegetales de hoja verde.
Vitamina D
La vitamina D es esencial para darle resistencia al folículo piloso y a la hebra capilar para evitar el quiebre y la pérdida de cabello excesivo. Promueve la regeneración de las células vitales para prevenir el debilitamiento capilar y el quiebre. A pesar de que el sol es la fuente principal de esta vitamina, también se obtiene de alimentos como el salmón, huevos y lácteos.