No dudes en incorporar esta joya de la naturaleza en tu rutina de belleza y disfrutar de sus múltiples beneficios. ¡Tu piel te lo agradecerá!
Cuando se trata de cuidar nuestra piel, siempre estamos en búsqueda de productos que nos brinden resultados efectivos y una sensación refrescante. En esta ocasión, queremos hablar sobre el agua termal, un aliado natural para el cuidado facial que ha ganado popularidad entre los amantes de la belleza. Pero, ¿qué es exactamente el agua termal y por qué se ha convertido en un imprescindible en nuestras rutinas de belleza?
Antes de sumergirnos en los beneficios del agua termal, es importante aclarar una pregunta común: ¿es lo mismo que el agua micelar? Aunque ambos productos contienen agua, cumplen diferentes propósitos en nuestra rutina de cuidado facial. El agua micelar es un desmaquillante suave y limpiador que contiene micelas, partículas que ayudan a atrapar y eliminar impurezas y maquillaje. Por otro lado, el agua termal es un agua mineral que proviene de fuentes naturales, rica en minerales y oligoelementos, y ofrece beneficios calmantes e hidratantes para la piel.
El principal uso del agua termal es brindar hidratación y calma instantánea a la piel. Es una aliada perfecta para mantener la piel fresca y revitalizada, especialmente en climas cálidos o después de una exposición prolongada al sol. Su composición rica en minerales como zinc, calcio y magnesio, ayuda a fortalecer la barrera cutánea y a mantener la piel en equilibrio, aliviando irritaciones y enrojecimientos.
En qué momento de la rutina aplicar el agua termal
El agua termal es sumamente versátil y puede usarse en diferentes momentos de la rutina de cuidado facial. Es ideal como paso previo a la aplicación del suero o crema hidratante, ya que prepara la piel para absorber mejor los ingredientes activos de los productos que aplicamos después. También puede usarse como fijador de maquillaje, ayudando a mantenerlo intacto durante más tiempo y otorgando un acabado natural y luminoso.
Asimismo, debido a que no es un producto agresivo es segura para la mayoría de los tipos de piel, por lo que se puede utilizar diariamente en tu rutina de cuidado facial. Sin embargo, siempre es importante prestar atención a cómo reacciona tu piel y ajustar su uso según tus necesidades individuales. Para las pieles sensibles, el agua termal puede ser un salvavidas, especialmente después de la exposición a factores ambientales como el sol, el viento o el aire acondicionado.