Al menos en los trabajos en los que se exija esfuerzo mental y creativo.
Actualmente, una jornada laboral está entre 8 y 9 horas al día. Sin embargo, la ciencia afirma que si tu trabajo implica algún esfuerzo mental, o grandes dosis de creatividad, el número de horas diarias deberían ser cuatro.
Así lo dio a conocer el periodista Oliver Burkeman mediante una columna para The Guardian donde, basándose en el libro de Alex Pang “Rest: Why You Get More Done When You Work Less”, defiende que las jornadas laborales de cuatro horas generan productividad si el trabajo exige esfuerzo mental extra.
Esta teoría se fundamenta, básicamente, en tres pilares:
1. Ciencia
La teoría de las 10,000 horas apunta que este es el tiempo que una persona necesita invertir para convertirse en un verdadero experto en una materia. No obstante, la ciencia demuestra que inviertas las horas que inviertas en aprender algo o en trabajar sobre un tema en concreto, será mejor que lo hagas en períodos de máximo cuatro horas. De lo contrario, no se encontraran los resultados deseados.
2. Genios
Un ejemplo de ello son los tan conocidos como ‘’genios’’ en la historia. Darwin trabajaba durante períodos de 90 minutos durante la mañana. El matemático Henri Poincaré, Thomas Jefferson, la escritora Alice Munro o John le Carré también comparten ese método de trabajo. Los resultados hablan pos sí solos.
3. Cazadores y recolectores
Los cazadores y recolectores de la Prehistoria, parece que conocían mejor que nosotros los ritmos naturales de nuestro cerebro y también limitaban sus períodos de caza a un máximo de cuatro horas seguidas.
Por dichas razones es más beneficioso distribuirse la jornada en períodos de un máximo de 4 horas para realizar las tareas que requieran un mayor esfuerzo mental o más creatividad. De lo contrario, no estarás siendo productivo y el rendimiento no será el deseado. Nuestro cerebro tiene sus propios ritmos y es mejor adaptarse a ellos para conseguir resultados.