¿Cuántas veces has tenido que sacrificar comodidad por estilo al elegir tus zapatos? ¡Ya no más!
El que no ha tenido un zapato incómodo, no sabe lo que es martirio. Estaremos de acuerdo en que llevar un calzado que no nos siente del todo bien resulta desde doloroso hasta agotador, sobre todo si es necesario usarlos por largas jornadas, por lo que no está de más buscar opciones para hacer de ese incómodo zapato, algo menos agresivo.
Si bien es cierto que lo ideal es buscar un zapato que se adapte a tus pies, en ocasiones es posible que el malestar comenzara después de comprarlo, y ahora es imposible devolverlo por una u otra razón.
Tips para hacer tus zapatos más cómodos
Usa plantillas acolchadas: Las plantillas acolchadas son una excelente manera de agregar amortiguación y soporte adicional a tus zapatos. Puedes encontrar plantillas de gel, espuma viscoelástica o incluso de silicona, dependiendo de tus necesidades. Simplemente colócalas dentro de tus zapatos y sentirás la diferencia de inmediato.
Estira tus zapatos: Si tienes un par de zapatos que te aprietan un poco, puedes darles un poco de estiramiento para que se adapten mejor a tu pie. Puedes usar métodos como el uso de calcetines gruesos y secador de pelo, o llenar los zapatos con bolsas de agua y congelarlos durante la noche. Recuerda hacerlo con precaución y progresivamente para evitar dañar el calzado.
Aplica vaselina o crema hidratante: La fricción puede ser la causa principal de ampollas y rozaduras en los pies. Para evitar este problema, aplica una capa delgada de vaselina o crema hidratante en las zonas donde sientas mayor roce. Esto ayudará a reducir la fricción y evitará la formación de ampollas.
Ajusta las correas y cordones: Muchas veces, los zapatos pueden resultar incómodos debido a correas o cordones mal ajustados. Tómate el tiempo para ajustar correctamente las correas en tus sandalias o los cordones en tus zapatos cerrados. Esto te permitirá tener un mejor ajuste y evitará que tus pies se deslicen o se sientan apretados.
Alterna tus zapatos: Es importante no usar el mismo par de zapatos todos los días, especialmente si son de tacón alto. Alterna tus zapatos para darles descanso a tus pies y evitar la acumulación de presión en las mismas áreas. Además, esto ayudará a prolongar la vida útil de tus zapatos.