Las relaciones son más sanas cuando la mujer es feminista.
El feminismo y el romance no son incompatibles, como normalmente se cree, ya que el feminismo en realidad puede mejorar la calidad de las relaciones heterosexuales, al menos así lo señala un estudio.
El nuevo estudio también muestra que los estereotipos feministas poco halagadores, que tienden a estigmatizar a las feministas como poco atractivas y sexualmente poco atractivas, no tienen apoyo.
El estudio
Generalmente se percibe que el feminismo y el romance están en conflicto directo. El trabajo de Rudman y Phelan desafía esta percepción. Llevaron a cabo una encuesta de laboratorio de 242 estudiantes universitarios estadounidenses y una encuesta en línea que incluyó a 289 adultos mayores, con más probabilidades de haber tenido relaciones más largas y una mayor experiencia de vida. Analizaron la percepción de hombres y mujeres sobre su propio feminismo y su vínculo con la salud de las relaciones, medido por una combinación de calidad general de la relación, acuerdo sobre la igualdad de género, estabilidad de la relación y satisfacción sexual.
Descubrieron que tener una pareja feminista estaba relacionado con relaciones heterosexuales más sanas para las mujeres. Los hombres con parejas feministas también reportaron relaciones más estables y mayor satisfacción sexual. Según estos resultados, el feminismo no predice malas relaciones amorosas, sino todo lo contrario.
Los autores también probaron la validez de las creencias estereotipadas feministas entre sus dos muestras, con base en la hipótesis de que si los estereotipos feministas son precisos, entonces las mujeres feministas deberían tener más probabilidades de informarse como solteras, lesbianas o sexualmente poco atractivas, en comparación con las mujeres no feministas mujeres feministas
Rudman y Phelan no encontraron apoyo para esta hipótesis entre los participantes de su estudio. De hecho, las mujeres feministas tenían más probabilidades de tener una relación romántica heterosexual que las mujeres no feministas. Los autores concluyen que los estereotipos feministas parecen ser inexactos y, por lo tanto, es probable que sus implicaciones desfavorables para las relaciones también sean infundadas.