Ser infiel no solo daña tu relación sino también a tu cerebro.
Una de las situaciones más difíciles a las que nos enfrentamos dentro de las relaciones, es la infidelidad. Es en ese momento en el que las parejas comienzan a sufrir la falta de confianza, comunicación y seguridad, pues en la mayoría de los casos, todo termina volviéndose muy tóxico.
A pesar de que se cree que es solo la víctima quien sufre las consecuencias de la infidelidad, pues hay quienes se ven fuertemente afectados en su autoestima, seguridad y de cómo ven las relaciones, también son los infieles quienes padecen algunos daños.
¿Qué le pasa a tu cerebro cuando eres infiel?
De acuerdo a un estudio publicado en PLoS One, el cerebro de la persona infiel procesa la dopamina de forma diferente, una de las sustancias químicas que se relacionan con el placer, y también se ve afectada la felicidad, el dolor y el sufrimiento.
Bajan los niveles de monoaminooxidasa A
Esta enzima ayuda a determinar los niveles de dopamina que hay en el cerebro, así como con la búsqueda de sensaciones, experiencias, emociones y poder. Por ello, cuando la dopamina es procesada de forma diferente, se puede llevar a caer en la infidelidad para experimentar un momento de emoción o placer.
Disminuye la capacidad para controlar riesgos
De acuerdo con el psicólogo Brian Gladue señala que las personas que suelen arriesgarme regularmente y que notan que las cosas que hacen no tiene consecuencias, tienen una menor capacidad para evaluar los riesgos, como ser infiel.
Adicto a las emociones
Debido a que la infidelidad puede afecta las vías de recompensa del cerebro, por lo que es posible que los niveles de dopamina bajen, lo que nos lleva a dañar a nuestra pareja con tal de nuevamente volver a experimentar algo de "emoción".