Los hallazgos sobre la proximidad del grupo fueron los más sólidos.
El lugar en el que se sienta un niño en el aula de clases tiene implicaciones importantes para sus amistades y así es como lo ha confirmado un reciente estudio realizado por investigadores de psicología de la Florida Atlantic University.
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Los resultados, los cuales fueron publicados en la revista Frontiers in Psychology, revelaron que las amistades reflejan la asignación de asientos en el aula. Los estudiantes sentados uno al lado del otro o cerca de otros tenían más probabilidades de ser amigos entre sí que los estudiantes sentados en otro lugar del aula.
Después de que cambiaron las asignaciones de asientos, era más probable que los estudiantes se hicieran amigos de los nuevos compañeros de clase que se sentaban cerca que de los que permanecían o se sentaban más lejos.
‘’Los estudiantes del estudio pasaban la mayor parte del día con los mismos 15 o más compañeros de clase. A mediados del año escolar, no había compañeros desconocidos. Sin embargo, cuando cambiaban las asignaciones de asientos, los nuevos compañeros de asiento se convertían en nuevos amigos, de acuerdo con las afirmaciones de que la exposición por sí sola no es una condición suficiente para la amistad. Aparentemente, la proximidad trasciende la familiaridad al brindar nuevas oportunidades para el tipo de intercambios que forman la base de una amistad”, Brett Laursen, Ph.D., autor principal y profesor de psicología en la Facultad de Ciencias Charles E. Schmidt de la FAU.
El estudio
Los participantes en el estudio incluyeron a 235 estudiantes (129 niños, 106 niñas) en los grados 3 a 5 (de 8 a 11 años) que nominaron amigos en dos puntos de tiempo (13 a 14 semanas de diferencia). Los niños asistían a una escuela primaria pública en el sur de Florida que reflejaba a los estudiantes de las escuelas públicas del estado en términos de origen étnico e ingresos familiares.
Para la investigación se usaron diagramas de asientos de maestros para calcular tres formas de proximidad para cada par de estudiantes en un salón de clases. La proximidad con los vecinos describió a los compañeros de clase sentados directamente uno al lado del otro en una fila o en una mesa, y aquellos sentados directamente uno frente al otro en una mesa.
La proximidad del grupo incluía a compañeros de clase identificados como vecinos, así como a aquellos que eran vecinos cercanos; estos últimos estaban a un asiento de distancia en la misma fila o en diagonal entre sí en la misma mesa.
Los hallazgos sobre la proximidad del grupo fueron los más sólidos, lo que sugiere que los niños están dispuestos (y son capaces) de pasar por alto a sus vecinos más cercanos en favor de aquellos que se sientan lo suficientemente cerca para una comunicación sostenida.