Cuando se presenta una infidelidad en la pareja, las consecuencias no solo recaen en los involucrados directos, sino que también impactan en los hijos. Psicólogos expertos en terapia familiar, como Mario Minaya y Lorena Amescua, han estudiado el efecto de la infidelidad del padre en las hijas y han encontrado patrones de comportamiento y emocionales que merecen ser analizados. De este modo, las hijas de padres infieles pueden experimentar cambios en sus relaciones interpersonales y en su autoestima, y cómo estas vivencias pueden influir en su desarrollo emocional.
La infidelidad en una relación de pareja se refiere a la traición de la confianza y el compromiso de exclusividad que se ha establecido. Es un acto que involucra a una tercera persona y puede tener repercusiones devastadoras en la dinámica familiar. Aunque es una situación que afecta a todos los miembros del hogar, el impacto en las hijas puede manifestarse de manera particular y sutil, dejando huellas emocionales que pueden perdurar en su vida adulta.
¿Cómo afecta una infidelidad a las hijas de los infieles?
Debilita la relación con ambos padres: Cuando una hija descubre o es testigo de la infidelidad de su padre, puede generar un profundo resentimiento hacia él. A su vez, también puede experimentar cierto desprecio hacia su madre, percibiendo una sensación de debilidad al haber permitido la infidelidad. Esta situación puede distorsionar la percepción que la hija tiene de las relaciones de pareja y afectar su capacidad para confiar plenamente en otros.
Puede distorsionar su percepción del género masculino: La infidelidad del padre puede llevar a la hija a cuestionar la integridad y honestidad de todos los hombres, lo que puede generar desconfianza en futuras relaciones. Esta desconfianza puede dificultar el establecimiento de vínculos significativos con hombres, ya que la hija puede mantener una barrera emocional para protegerse del dolor potencial.
Se sienten insuficientes: La infidelidad del padre puede generar sentimientos de inseguridad en la hija, haciéndola cuestionar su propia valía y atractivo. Puede experimentar temores de ser como su madre, percibida como vulnerable y sometida, lo que lleva a la hija a esforzarse en demostrar su independencia y fortaleza. Esta búsqueda constante de perfección puede generar ansiedad y estrés, ya que la hija busca cumplir con estándares irrealistas para evitar enfrentar situaciones similares a las de su madre.
Buscan la perfección: Para muchas hijas de padres infieles, encontrar una pareja que las satisfaga plenamente se convierte en un desafío. Buscan una relación idealizada, esperando que su compañero llene el vacío emocional causado por la infidelidad paterna. Esta búsqueda puede ser frustrante, ya que la perfección en las relaciones es inalcanzable, lo que lleva a la hija a experimentar una serie de relaciones fallidas o insatisfactorias.