Esas peleas entre hermanos no pueden ser tan malas después de todo.
En un estudio publicado en el Journal of Research on Adolescence, los investigadores de la Universidad Brigham Young encontraron que las relaciones entre hermanos ayudan a los niños a desarrollar simpatía, que con el tiempo puede fomentar comportamientos "prosociales" como ayudar y compartir con los demás. Este efecto fue independiente de las relaciones de los niños con sus padres y amigos.
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Si los hermanos pelean o no no fue el factor más importante; lo que más importaba era que se tenían afecto, dice la coautora del estudio, Laura Padilla-Walker. Los hallazgos mostraron que los niños y las niñas se benefician por igual de las relaciones positivas entre hermanos, una sorpresa para los investigadores, ya que los niños generalmente reportan menos beneficios de las relaciones con los compañeros que las niñas.
“Los hermanos brindan una oportunidad única para que los niños y adolescentes resuelvan conflictos y adopten la perspectiva de otra persona, lo cual promueve sentimientos de afecto y preocupación”, dijo Padilla-Walker en un correo electrónico. Las disputas entre hermanos pequeños les dan a los padres la oportunidad de ayudar a los niños a ver el punto de vista de los demás y a comprender cómo su comportamiento hace que los demás se sientan, agregó.
Fomentar las buenas relaciones entre hermanos es particularmente importante dado que las relaciones hostiles entre hermanos (es decir, las que carecen de afecto) se correlacionaron con la depresión posterior en niños y niñas y con problemas de conducta en los niños. Al ayudar a los niños a resolver conflictos sin palabras y comportamientos agresivos o desagradables, los padres pueden ayudar a los niños a aprender estas habilidades por sí mismos, dice Padilla-Walker.
Mejora en las calificaciones
La simpatía y la amabilidad no son los únicos beneficios potenciales de las relaciones entre hermanos. Una investigación de la Universidad de Essex en Inglaterra encontró que también pueden ayudar a mejorar las calificaciones de los hermanos menores.
Al observar las calificaciones de los exámenes nacionales durante cuatro años, los investigadores Cheti Nicoletti y Birgitta Rabe descubrieron que por cada mejora en la calificación de la prueba de un hermano mayor, por ejemplo, de una B a una A, las calificaciones del hermano menor aumentaron en un 4 por ciento. El efecto fue mayor entre los hermanos de familias más pobres, para los cuales cada mejora en la calificación de la prueba por parte del hermano mayor se relacionó con un aumento del 11 por ciento en las calificaciones del menor.
El estudio tenía como objetivo determinar si las inversiones en educación podrían tener efectos “multiplicadores” a través de impactos en los niños más pequeños. Los investigadores encontraron que la mejora en los puntajes de los hermanos menores fue igual al impacto de gastar alrededor de 670 libras adicionales por año (un poco más de $ 1,000) en la educación del hermano menor.
Enseñar a los hermanos menores, ayudar con la tarea y transmitir información sobre las escuelas y los maestros son algunas de las formas en que los hermanos mayores pueden afectar directamente las calificaciones de los hermanos o hermanas menores, escribieron los investigadores.