Parte importante de tu rutina es asegurarte ir al baño antes y después de estar con tu pareja.
Si eres una persona sexualmente activa, este consejo es esencial para tu bienestar. Con frecuencia, los consultorios médicos reciben pacientes que experimentan dolor, ardor al orinar, molestias pélvicas e incluso fiebre después de mantener relaciones sexuales, según asegura la doctora Pau Zúliga.
Estos síntomas pueden estar relacionados con infecciones urinarias, un problema que afecta principalmente a las mujeres.
La anatomía femenina es una de las principales razas por las que las mujeres son más susceptibles a las infecciones urinarias después de tener relaciones sexuales. La uretra de las mujeres es más corta en comparación con la de los hombres y se encuentra más cerca del ano. Esta configuración anatómica facilita que las bacterias, presentes en el área genital y anal, se desplacen hacia la uretra y, posteriormente, hacia la vejiga. Cuando esto sucede, puede desencadenarse una infección urinaria, lo que genera síntomas incómodos, como ardor al orinar, dolor pélvico e incluso fiebre.
¿Por qué es importante orinar?
Una estrategia efectiva para reducir el riesgo de infecciones urinarias después de tener relaciones sexuales es orinar antes y después del acto sexual, preferiblemente dentro de los primeros 15 minutos. Orinar antes de las relaciones sexuales ayuda a expulsar los gérmenes que pueden estar presentes en la uretra antes de que comience la actividad sexual. Además, orinar después del acto es igualmente importante, ya que contribuye a eliminar las bacterias que pueden haber ingresado en la uretra durante la actividad sexual.
¿Cómo mantener una buena higiene íntima?
Además de orinar antes y después de las relaciones sexuales, tanto para hombres como para mujeres, es fundamental mantener una buena higiene de la zona íntima antes y después de mantener relaciones sexuales. Lavar cuidadosamente esta área antes de las relaciones sexuales puede ayudar a reducir la cantidad de bacterias presentes y disminuir el riesgo de infecciones. Utilizar un jabón suave, específico para esta zona, es una buena práctica.
Luego de las relaciones sexuales, es esencial que tanto hombres como mujeres realicen una limpieza adecuada. Esto ayuda a eliminar cualquier bacteria que pueda haber ingresado durante la actividad sexual y puede reducir significativamente el riesgo de infecciones urinarias y otros problemas de salud íntima.