Es de suma importancia sobretodo en la lactancia.
La deficiencia de vitamina A es un problema de salud pública en el mundo, sobre todo en etapas nutricionalmente demandantes como las de la niñez y la lactancia, y particularmente en esta última, donde los requerimientos de este y otros nutrimentos aumentan para satisfacer las necesidades de la madre y las del o la lactante.
La vitamina A es un compuesto necesario para el buen funcionamiento del organismo, y ya que el ser humano no tiene la capacidad de formarlo, debe obtenerlo a través de su alimentación. Existen varios compuestos en los alimentos con actividad de vitamina A; uno de ellos es el retinol, un nutrimento que se obtiene de fuentes animales (huevo, pescado, hígado y productos lácteos), que es vital para la visión y la reproducción y el reforzamiento del sistema inmune.
Por otra parte, los carotenoides provitamina A son el β-caroteno, α-caroteno y β-criptoxantina, los cuales se pueden convertir en el cuerpo en vitamina A (retinol); estos los encontramos en frutas y verduras de color rojo, naranja y verde intenso. Los carotenoides tienen, además, función antioxidante y ayudan a prevenir o retrasar daños hacia las células de nuestro cuerpo.
En México, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad en mujeres es del 76.8%, y se ha observado que esta cifra puede perdurar durante el embarazo y postparto, provocando alteraciones en su estado de salud y en la composición de la leche materna. También existe evidencia de que las mujeres con mayores depósitos de masa grasa corporal presentan menores concentraciones de retinol en suero, aunque la información acerca de si afecta también la concentración en la leche materna es escasa.
El proyecto de investigación
Como parte de su formación académica como maestra en ciencias en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), Jessica Ávila Prado, bajo la dirección de los investigadores Humberto Astiazarán García, de la Coordinación de Nutrición, y Verónica López Teros, de la Universidad de Sonora, desarrolló la tesis “Composición corporal de mujeres en periodo de lactancia y su asociación con la concentración de vitamina A en leche materna”.
El objetivo del estudio fue evaluar el efecto que tiene el índice de masa grasa materno sobre la concentración de vitamina A de la leche generada. En el proyecto participaron 21 mujeres de 19 a 34 años que se encontraban alrededor del día 54 postparto.
Durante el estudio se llevó a cabo una entrevista con las participantes, donde, además de aplicarles cuestionarios socioeconómicos, de actividad física y dieta, se les realizaron mediciones antropométricas y de composición corporal para obtener el Índice de Masa Grasa (IMG). Asimismo, se recolectó una muestra pequeña de leche materna para medir la concentración de retinol y carotenoides provitamina A.
Hallazgos y recomendaciones
Entre los principales hallazgos, se observó que la deficiencia de vitamina A sigue siendo un problema de salud en este grupo poblacional, pues más del 20% de las participantes reflejaron dicha carencia nutricional. También se encontró que el aumento de IMG impacta negativamente sobre la concentración de vitamina A en la leche materna.
De acuerdo con Ávila Prado, los riesgos para una persona con deficiencia de vitamina A (aun cuando se trate de una carencia leve), ya sea mujer u hombre, es que existe una mayor predisposición a enfermedades infecciosas. Al aumentar la severidad de la deficiencia, puede existir dificultad para adaptar la vista en lugares oscuros y, en casos graves, llegar a la ceguera.
Respecto a los riesgos para mujeres embarazadas, explicó que cuando no se consumen en la dieta cantidades adecuadas de vitamina A, en procesos críticos como la gestación puede repercutir en la salud de la madre y del bebé (alteraciones en el desarrollo). Indicó que durante el periodo de lactancia la deficiencia de vitamina A provoca que la madre sea más propensa a infecciones y, al no aportar dicho nutriente con suficiencia al bebé, se perpetúa la deficiencia en la población.
Añadió que los infantes que no tienen un aporte dietario adecuado de vitamina A presentan un mayor riesgo de padecer infecciones, principalmente las que causan diarrea. La deficiencia severa, agregó, se ha asociado al incremento en las tasas de mortalidad en menores de cinco años.
Por último, la joven investigadora recomendó que, si una persona desea asegurarse de tener niveles óptimos de vitamina A, es necesario incorporar todos los grupos de alimentos a su dieta diaria, ya que una alimentación variada asegura el consumo no solo de este nutriente, sino también de otros necesarios para una vida saludable. Adicionalmente, invitó a la comunidad a acudir a las campañas nacionales de vacunación, donde los menores reciben una dosis oral de vitamina A.