Estudios sugieren que el resveratrol tiene la capacidad de reducir la agregación plaquetaria y así contrarrestar la formación de coágulos sanguíneos o trombos.
El vino tinto es una de las bebidas alcohólicas más consumidas en el mundo y ha conservado su popularidad durante varios siglos. Su producción, consumo y composición se ha convertido en un campo disciplinario para la investigación científica debido a los ingredientes con los que es elaborado y a su proceso de fermentación, factores a los que se les atribuyen beneficios para la salud.
Hallazgos basados en estudios in vivo e in vitro han encontrado que la ingesta moderada, opcional y diaria de vino tinto (200 mL hombres y 100 mL mujeres) puede prevenir varias enfermedades crónicas. Lo anterior se debe, en parte, a la presencia y cantidad de antioxidantes importantes en esta bebida, como los polifenoles, especialmente el resveratrol, las antocianinas y las catequinas, al ser los más abundantes.
El resveratrol es un antioxidante al que se le ha atribuido un efecto cardioprotector, ya que neutraliza los radicales libres de oxígeno y especies reactivas de oxígeno, los cuales provocan estrés oxidativo, que a su vez está relacionado con varias enfermedades, como cardiovasculares, diabetes y disfunción celular. Se ha reportado también que el resveratrol penetra la barrera hematoencefálica y, por lo tanto, protege al cerebro y a las células nerviosas.
El estudio
Estudios sugieren que el resveratrol tiene la capacidad de reducir la agregación plaquetaria y así contrarrestar la formación de coágulos sanguíneos o trombos, ya que tiene un efecto protector y modulador en los factores implicados en la cascada de la coagulación.
Diversas investigaciones han centrado sus esfuerzos en analizar el efecto de protección cardiovascular del resveratrol; los resultados coincidentes hasta la fecha han demostrado que dicho polifenol tiene efectos cardioprotectores que incluyen mejorar la función endotelial y el metabolismo de la glucosa, reducir la inflamación y regular los lípidos en sangre.
Asimismo, se ha reportado que tiene la capacidad de normalizar la oxidación de ácidos grasos libres, mejorar la utilización de glucosa y controlar el nivel de estrés oxidativo en personas con diabetes.
Es posible potenciar el efecto del resveratrol a través de una dieta equilibrada, como la “dieta mediterránea”, que incluye vino tinto, pescado, frutas, verduras y alimentos ricos en fibra dietética, vitaminas y minerales.