Aunque para algunos es impensable dormir sin almohada, te compartimos algunos beneficios de deshacerte de ellas.
Cuando nos preparamos para dormir, una de las primeras cosas en las que pensamos es en nuestra querida almohada. ¿Son realmente cómodas? ¿Son solo un adorno en nuestra cama o realmente mejora nuestra calidad del sueño?
Si bien las almohadas pueden proporcionar comodidad y apoyo durante el sueño, no todas las personas encuentran la misma satisfacción. Al dormir sin almohada, tienes la oportunidad de experimentar una postura más natural y encontrar tu nivel de comodidad personalizado.
Pese a que tradicionalmente, dormir con almohada es considerado lo correcto, en realidad también existen beneficios para dormir sin una de éstas, especialmente si detectas algún problema a la hora de dormir.
Beneficios de dormir sin almohada:
Una cuestión de postura: Dormir sin almohada permite que tu columna vertebral mantenga una alineación más neutral, evitando posibles tensiones o desalineaciones en el cuello y la espalda. Esto puede ser especialmente beneficioso para aquellos que sufren de dolores de espalda o problemas cervicales.
Mejora de la circulación sanguínea: Al no tener una almohada que eleve la cabeza, el flujo sanguíneo hacia el cerebro y el resto del cuerpo puede mejorar. Esto puede contribuir a una mejor oxigenación de los tejidos y una sensación de frescura y vitalidad al despertar.
Menor riesgo de arrugas y acné: El roce constante de la cara con una almohada puede contribuir a la formación de arrugas y la obstrucción de los poros, lo que puede dar lugar a la aparición de acné. Dormir sin almohada reduce la fricción y permite que la piel respire libremente.
Reducción de los ronquidos: Al dormir sin una almohada alta, se facilita una mejor posición de las vías respiratorias, lo que puede ayudar a reducir los ronquidos y mejorar la calidad del sueño tanto para ti como para tu pareja.