Lo mejor es que en el momento que tengas esta sensación, pares todo y te dirijas al baño.
En ocasiones, es común que las ganas de ir al baño se apoderen de nosotros en un momento completamente inconveniente, por ejemplo en casa de algún amigo, en nuestro lugar de trabajo, la escuela o una reunión importante, por lo que finalmente decidimos aguantarnos los más posible para evitar pasar lo que se podría considerar una situación bochornosa.
No obstante, expertos en medicina han manifestado la importancia de atender el llamado de nuestro intestino, así como el de la vejiga, en el momento que se desate el deseo de ir al baño. Esto, con el fin de evitar daños en estos sistemas de evacuación.
Aguantar las ganas de defecar
De acuerdo con lo señalado por Laura Rojas, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, lo que ocurre en el caso de las heces es que, al llegar al recto, éste le envía una señal al cerebro para indicar que ya se ha llenado y necesita evacuar, lo que produce esa sensación de "ganas de ir al baño". Sin embargo, en caso de que sea ignorada, el recto se acostumbrará a esa sensación para mandar la señal nuevamente más tarde. No obstante, esto resulta peligroso debido a que el recto es una zona exclusiva de paso, es posible que al irse acostumbrando a esta sensación, el órgano expanda su capacidad de acumular desechos y provoque problemas para evacuar.
Desventajas de aguantar las ganas de defecar:
- El recto se expande: Al retener las heces, el recto se adapta y puede expandirse, dificultando aún más la evacuación en el futuro.
- Desechos rígidos: La consistencia de las heces se vuelve más dura, lo que dificulta su paso y puede generar molestias al evacuar.
- Olor desagradable: La acumulación de heces durante un tiempo prolongado puede provocar un olor más desagradable al momento de la evacuación.
- Hemorroides: La presión constante en la zona rectal puede aumentar el riesgo de desarrollar hemorroides, causando incomodidad y dolor.
- Debilitamiento del suelo pélvico: Aguantarse las ganas de ir al baño puede debilitar los músculos del suelo pélvico, lo cual puede llevar a problemas de incontinencia urinaria y fecal a largo plazo.
Ganas de orinar y sus consecuencias:
Por su parte, en cuanto a las ganas de orinar, según el doctor Daniel González, esta mala práctica está fomentando la pérdida del reflejo de poder orinar. Recordemos que esté órgano está diseñado para acumular alrededor de 300 a 400 centímetro cúbicos de líquido, por lo que no es saludable aguantarse hasta expulsar litros de orina.
Peligros de aguantarse las ganas de orinar:
- Infecciones urinarias: Al no vaciar la vejiga de forma regular, se favorece el crecimiento de bacterias, aumentando el riesgo de infecciones urinarias.
- Aparición de divertículos: El esfuerzo constante de retener la orina puede llevar a la formación de pequeñas bolsas en la vejiga conocidas como divertículos, los cuales pueden ocasionar problemas de salud adicionales.
- Vejiga hiperactiva: El hábito de aguantarse las ganas de orinar puede desencadenar una vejiga hiperactiva, causando una necesidad urgente y frecuente de orinar, incluso en pequeñas cantidades.
- Mayor probabilidad de cálculos urinarios: El estancamiento de la orina puede contribuir a la formación de cálculos urinarios, causando dolor y molestias en el sistema urinario.