La primera regla es no irse a recostar.
Si bien cuando comemos de más lo que queremos hacer es ir a recostarnos para ''reposar la comida'', esta práctica es lo peor que le puedes hacer a tu cuerpo y salud.
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A continuación te mencionamos cuales son las opciones a las que le puedes dedicar tiempo para bajar un poco ese platillo.
¿Qué hacer después de comer?
Dar un paseo
Un paseo fácil ayudará a estimular la digestión e igualar los niveles de azúcar en sangre. O da un paseo en bicicleta tranquilamente. Pero no te excedas. Un ejercicio real podría enviar sangre a las piernas en lugar de al estómago, lo que podría ralentizar la digestión.
Beber agua
Simplemente bebe un sorbo de agua después de una gran comida. Esto puede ayudar a que el cuerpo elimine el exceso de sal que probablemente obtuviste de tu comida. También puedes evitar el estreñimiento.
No te acuestes
Tal como lo mencionamos de un inicio, debes evitar tomar siestas. Primero, pierdes la oportunidad de quemar algunas de esas calorías que acabas de comer, por ejemplo, lavando los platos o saliendo a caminar. Además, cuando te acuestas con el estómago lleno, la comida puede volver a subir. Esto puede retardar la digestión y empeorar el reflujo ácido (ERGE). El sofá tendrá que esperar hasta que la comida tenga tiempo de asentarse.
Evita la bebida gaseosa
Si ya se has exagerado, es posible que las bebidas carbonatadas no sean una gran idea. Cuando las bebes, ingieres gas que puede llenar tu sistema digestivo. Esto te hará sentir aún más hinchado. Eructa un poco y el resto se mueve a través de tu sistema digestivo hasta que lo pasa como gas.
Comer despacio
Tu estómago puede tardar unos 20 minutos en decirle a tu cerebro que está lleno. Si ya has comido demasiado en los primeros 10 minutos, no le has dado a tu cerebro la oportunidad de averiguarlo. Media hora después, seguro que te sentirás incómodo por el exceso de comida. Reduce la velocidad y es posible que no solo comas menos calorías, sino que también te sientas más satisfecho.