A lo largo de su matrimonio, se popularizó la idea de que el famoso cantante dependía de su ex.
Este año se han visto disueltas varias relaciones amorosas del mundo del espectáculo, desde la de Eduin Caz, hasta la de Carín León, pero una de las que más impactó a los seguidores del mundo del espectáculo, sin duda fue la de Andrea Legarreta y Erik Rubín, quienes llevaban juntos más de dos décadas.
Desde que anunciaron su separación, los famosos no han dejado de dar de qué hablar, más aún luego de que dejaran la posibilidad abierta a una reconciliación.
Cabe destacar que, hasta el momento, quien se ha atrevido a dar más detalles al respecto ha sido el intérprete de “Princesa Tibetana”, quien incluso ha participado en diversas entrevistas, revelando detalles de su relación, sacando a la luz los problemas maritales por lo que pasaban en la privacidad de su hogar.
Anteriormente, se dio a conocer que la pareja ya no tenía encuentros íntimos, lo que provocaría el distanciamiento y la falta de interés entre los dos.
También, se habló de la falta de momentos de pareja, pues a pesar de disfrutar diversos viajes y salidas, todas eran en familia, dejando de lado su dinámica de romance.
Pero tal parece que no sólo fue esto lo que provocó la ruptura de quien se consideraba un ejemplo de matrimonio, sino que entre la pareja surgió cierto recelo, sobre todo por parte del cantante por ser etiquetado de mantenido.
La gente no lo reconocía
Y es que, aunque a finales del siglo pasado y principios de éste, Erik Rubín fue una de las estrellas más reconocidas en el mundo de la música, no se puede negar que el éxito de Andrea Legarreta, al protagonizar uno de los matutinos televisivos más populares, era más que evidente.
Debido a la popularidad de Andrea, a la hora de ser encontrados por fanáticos, el cantante pasaba desapercibido como la figura pública que es, siendo catalogado como “el esposo de Andrea Legarreta”, lo que provocaba conflictos en su relación, según lo confesó en una entrevista con Yordi Rosado.
“Hemos pasado por muchas cosas, donde muchas de estas cosas también han afectado. A mí llegó un momento que igual, es algo que saqué en terapia, que cuando yo ‘el mantenido’ que no sé qué, y en cambio, ‘mira Andrea’, que no sé qué, cuando llegaban a decirme, ‘¡ay, hola, ay miren, es, es el esposo de Andrea Legarreta!’, a mí me calaba, y hasta me caía mal Andrea, ¿me entiendes? Hicieron que hasta en algún momento hasta me cayera mal”, reveló el músico.
Pese a esto, Rubín sigue considerando amar a la madre de sus hijas, y asegura que dicha situación ya no afecta a su relación, e incluso, reiteró su intención de seguir adelante con su romance.
Hasta el momento, el famoso señala que el ejercicio de darse un tiempo, les ha sentado bien, y que la parte más difícil en realidad ha sido hacerlo público.