Una opción que podría frenar el daño provocado por la industria del ‘fast fashion’.
En medio de la creciente preocupación por la sostenibilidad en la industria de la moda, marcas como H&M y Stella McCartney están promoviendo la ropa biodegradable, que afirman puede ser desechada en un contenedor de compostaje.
Esta iniciativa busca abordar el problema del impacto ambiental causado por la moda rápida, que representa hasta un 8% de las emisiones globales de dióxido de carbono, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Emprendedores como Katie Lopes, fundadora de la marca de ropa interior Stripe & Stare, están liderando este movimiento. Lopes decidió centrarse en ropa interior, ya que es menos común que las personas compren prendas usadas en esta categoría. Su objetivo es que su ropa desaparezca de manera sostenible al final de su vida útil.
¿Es sencillo de hacer?
Sin embargo, la compostaje de ropa no es tan simple como parece. Además de estar fabricada con fibras naturales, muchas marcas utilizan productos químicos que dificultan su descomposición. Además, la infraestructura de compostaje actual no está diseñada para textiles. Aunque existen desafíos en esta iniciativa, los expertos señalan la necesidad de un enfoque integral que involucre a las marcas, los sistemas de desechos y, potencialmente, a los gobiernos.
La reciclaje de textiles también se presenta como una solución viable. Empresas en países como Suecia ya están adaptando fábricas para reciclar ropa y convertirla en nuevos textiles de algodón. A pesar de estos avances, el problema de fondo persiste: la producción masiva de ropa. Se estima que se crean 150 mil millones de prendas nuevas cada año, lo que genera un impacto ambiental significativo y explotación laboral.
La sostenibilidad en la moda exige un cambio cultural hacia la compra consciente y duradera, junto con políticas gubernamentales que responsabilicen a las marcas por todo el ciclo de vida de sus productos.
A medida que la industria busca soluciones, queda claro que el camino hacia un futuro sostenible en la moda requiere colaboración y transformación a nivel global.