El cerebro activa las mismas funciones que cuando tenemos miedo.
Esa extraña sensación de un revoloteó dentro de la panza cuando vemos a esa "persona especial" por la que sentimos "algo", a la que llamamos "mariposas en el estómago", tiene una razón científica y tiene que ver con nuestras neuronas.
De acuerdo con la doctora e investigadora de la Universidad Atónoma de México, Diana Guízar explica que este proceso surge gracias al sistema nervioso entérico, del cual forman pare neuronas ubicadas en el estómago y el intestino.
Y es debido a esta subdivisión que el cerebro es capaz de detectar esta señal que el estómago le manda, a partir de que al estar enamorados, el ser humano se convierte en un ser más "vulnerable" o se pude llegar a sentir indefenso ante la presencia de la persona que no llame la atención.
"Paradójicamente, es mismo sistema que se activa cuado nos da miedo y queremos huir", comenta entre risas Guízar.
Pues al igual que cuando sentimos miedo, nuestro cerebro comienza a segregar adrenalina, mandando sangre a las piernas, muslos y otros órganos con el objetivo de salir corriendo derivado del instinto de sobrevivencia, quitándole flujo sanguíneo al estómago.
Ante la falta de sangre en el área abdominal, los neurotrasmisores producidos por las neuronas intestinales, mandan esa señal, que más tarde reconocemos como "mariposas en el estómago".
Otras sustancias
Además de la adrenalina, otra sustancia que se producen durante esta etapa es la dopamina, la "hormona del placer", encargada de regular la conducta motora, la emotividad y la afectividad, además de la comunicación neuroendócrina.
La serotonina también se involucra en el proceso, conocida como la "hormona de la felicidad", asimismo, la oxitocina también se produce, que funciona como neuromdulador, es decir, regula comportamiento sociales, sentimentales y patrones sexuales.