Los polisacáridos cumplen funciones diversas, sobre todo de reservas energéticas y estructurales.
Las frutas tropicales crecen en climas tropicales o subtropicales en la zona geográfica que se extiende desde los 30° de latitud sur hasta los 30° de latitud norte. La temperatura en esta zona varía entre 16 y 36° C durante el año (Dembitsky et al, 2011).
Entre los alimentos más consumidos de este tipo se encuentran el aguacate (Persea americana), el mango (Mangifera indica), la papaya (Carica papaya) y la piña (Ananas comosus), los cuales se encuentran disponibles prácticamente todo el año en zonas con climas templados.
Otras frutas como el chicozapote (Manilkara zapota), la guayaba (Psidium guajava), el litchi (Litchi chinensis), el mamey (Pouteria sapota), el maracuyá (Passiflora edulis), el rambután (Nephelium lappaceum) y la yaca (Artocarpus heterophyllus) son poco conocidas, pero empiezan a ser cada vez más demandadas en los mercados nacionales por sus sabores y colores característicos, alto contenido de nutrientes y variedad de compuestos bioactivos como compuestos fenólicos, carotenoides y fibra (Enriquez-Valencia et al., 2020).
Polisacáridos y sus beneficios para la salud
Las frutas tropicales poseen también cantidades sustanciales de polisacáridos en la cáscara, la piel, las semillas y la pulpa; estos compuestos han demostrado diferentes actividades biológicas como antioxidante, antifatiga, antinflamatoria, hepatoprotectiva, gastroprotectiva e inmunomodulatoria.
Los polisacáridos son macromoléculas poliméricas de carbohidratos constituidas por largas cadenas de unidades de monosacáridos unidas por enlaces glicosídicos y, su peso molecular, la presencia de grupos funcionales como sulfato o acetilo, además de aminoácidos, proteínas y compuestos fenólicos en su estructura, determinan sus diferentes propiedades biológicas (De Jesús Raposo et al., 2015). Sin embargo, los estudios que establecen la relación precisa de estructura y actividad biológica en polisacáridos para frutas tropicales y subproductos son limitados, por lo que son necesarios más estudios que establezcan esas relaciones.
México es uno de los países que se ha destacado como una región donde existe una gran cantidad de frutas tropicales poco conocidas y, por ende, menos consumidas, y que constituyen un amplio campo de estudio para la obtención de polisacáridos bioactivos, por lo que, en el Laboratorio de Antioxidantes y Alimentos Funcionales del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), se realizan investigaciones sobre la caracterización de polisacáridos presentes en cáscara, pulpa y semilla de diferentes frutas tropicales, así como sus diferentes actividades biológicas, para establecer los beneficios a la salud del ser humano que estos compuestos bioactivos pueden aportar.